La ruta fue inaugurada en su totalidad en el año 1938 y conectaba las ciudades de Chicago (ciudad muy bien conectada con la costa este) y Los Ángeles (tierra prometida por clima y cosechas de la costa oeste) a través de 2.400 millas (unos 4.000 kilómetros).
Por aquella época era la gran vía de conexión entre ambas costas y debido a su alto transito empezaron a surgir multitud de entretenimientos para los viajeros que por esa ruta circulaban, por no decir también la infinidad de estaciones de servicio, hoteles y moteles, y pequeñas tiendas que se podían encontrar a lo largo de toda su extensión.
A pesar de sus 82 años de historia, es una carretera añorada por todos los americanos y que a través de películas, series y documentales nos intentan transmitir esos sentimientos a todos los demás. También es cierto, al igual que pasa en otras muchas carreteras del mundo, que cuando construyen una carretera mejor, dejamos de ir por esas carreteras nacionales por pura comodidad, pero es una pena que la historia que reúne cada una de ellas acabe en el olvido.
Para mí y el resto de orcos fue un verdadero sueño el poder recorrerla a nuestro antojo, parando donde y cuando quisimos y descubriendo todos los rincones que nos ofrece. Sin duda es un viaje que se ha de hacer una vez en la vida.
Sandriña, Gemma, usted, yo, un 4×4, cd del Arrebato y cinta de lomo. ¿Cuándo?
puffffff, cuando querias, mataria por volver hacer la ruta……es la reostia y con esa compañía!!!! pongamos fecha!!!!