Hoy, dentro de una época dónde carecen los buenos gestos, o más bien, se confunden con los malos, voy a contaros una historia que aunque muchos la conozcáis ya, seguro que os anima un poco el día.


Corría el año 1958 y los jugadores del Manchester United volvían a casa de su viaje a Múnich. Un año antes, y tras la eliminatoria europea de 1957 sus relaciones con el Real Madrid se habían estrechado enormemente, además, el entonces presidente blanco, Don Santiago Bernabéu había quedado fascinado por la joya británica Bobby Charlton y los rumores apuntaban a que andaba tras su fichaje. En ese viaje de vuelta, el avión sufrió un accidente y 8 jugadores y 15 del cuerpo técnico del Manchester fallecieron.
En ese momento, nada más conocer la noticia, la maquinaría blanca se puso a trabajar, encabezada por el mismo presidente y acompañado de Don Raimundo Saporta, y enviaron un tapiz a la plantilla como homenaje, les invitaron a pasar sus vacaciones en España con todos los gastos pagados e incluso el Real Madrid puso a disposición del Manchester jugadores de su primera plantilla para completar la suya y que no tuvieran problemas para disputar los partidos.
Pero para completar el homenaje, los dos equipos organizaron lo que se llamo “La Copa de la Amistad” un torneo amistoso a doble partido. Las fechas elegidas fueron el 1 de octubre y el 11 de noviembre de 1959 y el árbitro Barberan. El primer encuentro se disputó en el Teatro de los Sueños, Old Trafford, aunque antes del encuentro, toda la comitiva madridista se desplazo al cementerio dónde yacía enterrado Eddie Colman, otra gran joya del equipo inglés. El partido acabo con un increíble 1-6 a favor de los blancos, lo que provocó una ovación del público inmensa.
En el partido de vuelta disputado en Madrid, la situación cambio mucho y el Manchester salió a por el partido, de hecho al descaso el marcador reflejaba un 2-3, lo que provocó la ira de Don Santiago que bajó al vestuario a arengar a los suyos. La segunda parte fue un vendaval merengue y el resultado acabó con un 6-5.
De cualquier modo, lo importante no fue el resultado, sino el gesto de los equipos y la colaboración entre ellos, para superar una de las mayores desgracias que se recuerdan en el mundo del fútbol.