Aquí comienza el diario propiamente dicho. Recordad que esta escrito tal y como paso, y en el tiempo verbal correspondiente.
«Según parece son las 16:26 en ESPAÑA y las 12:26 en la parte del atlántico dónde nos encontremos. Llevamos como unas 6 horas y media de viaje y sinceramente empiezo a estar un poco harto de avión.
La verdad es que no esta nada mal el avión, mejor de lo que me esperaba. Aquí las filas son de 2-3-2, tienen una pantalla de plasma detrás de cada asiento, dónde mediante un sistema de videoclub, puedes elegir entre una serie de películas, series, música, eso sí todas en inglés aunque algunas traducidas al español latino. Los baños, aunque minúsculos cumplen con su labor, y además hay varios en el avión.
Durante el trayecto han pasado hasta 4 veces a ofrecernos bebidas y snacks sin coste adicional, sin contar con la comida que en mi caso consistía en espinacas con canelones, un poco de queso ,una microensalada, sal, vinagre, galletas y agua en una tarrina. Tambíen podía haber elegido pollo como hicieron mis compañeros.
Si os digo la verdad ya no sé muy bien que hacer. He intentado dormir, pero Koletté se ha encargado de impedirlo jugando como un ludopata a todos los juegos que venían también en la pantallita esta famosa incrustando sus dedos en mi cabecera.
Más tarde me decidí a ver una película, Duplicity, pero entre que era un coñazo y que estaba doblado en chiwakeño….
También he leido “El Mundo” y agotado la batería del MP4. A si que me he decido a publicar estas líneas.
Esta mañana estabamos en pie a las 6:45, y a las 8 hemos cogido un taxi hasta la T1 que nos ha cobrado 18 euros, que no está mal. Tras sacar los billetes, dimos una vuelta y paramos a desayunar en la cafetería buffet que se encuentra enfrente de los mostradores de de Rynair, En la que por ejemplo te cobran 3,5 euros por un zumo de naranja y 2,70 por un donuts.»