Absolutamente desgarradora y penetrante, una película que te emociona desde el principio al final, a través de un viaje interior de la paz a la locura rasgando todos los aspectos principales de la cruel cultura afgana; violencia, machismo, fundamentalismo, desesperación y pobreza. Una historia de pasión y liberación que no deja indiferente a nadie.
La piedra de la paciencia habla sobre la historia de una joven muchacha que se encuentra sola en un país de oriente medio (no se indica cual, aunque se sobre entiende Afganistán) y con su marido herido, que trata de salir adelante liberando su mente de una manera diferente pero interesante.
El director Atiq Rahimi y que no cuenta con un catálogo muy extenso de cintas, de hecho esta es la segunda (la primera fue Khakestar-o-khak), realiza un trabajo magnífico de representación de la cultura musulmana en países envueltos todavía por las guerras que ya se han llevado tantas vidas y dónde la mujer juega un papel únicamente vinculado al placer y la descendencia sin existir ni un ápice de interés por sus sentimientos o derechos.
Maneja los planos con gran delicadeza aunque, según mi modesto parecer, abusa de los planos cortos que, a pesar de reflejar los sentimientos de los personajes mucho mejor, son en ocasiones cargantes para el espectador y nos hacen perder la perspectiva del entorno y el ambiente que los rodea.
También utiliza un recurso bastante común en el cine, la sangre derramada por una persona que aprieta un arma blanca por el filo. Aún así, encontramos escenas e historias brillantemente reflejadas como la de las cicatrices del muchacho o la locura de la vecina que dotan a la cinta de una calidad indudable.
El director pasa por varias historias paralelas y de las que el espectador queda con la sensación que podría ahondar mucho más, aunque claro está, si lo hiciera duraría 5 horas. Algunas de las más impactantes para mí, la de la boda, un reflejo absoluto y cruel de la sociedad y el relato de su noche de bodas tras seguir el consejo de su tía.
La interpretación de Golshifteh Farahani, a quién ya conocíamos en el mundo occidental por Pollo con Ciruelas o Red de Mentiras entre otras, es magnífica y refleja en su cara una lista de sentimientos encontrados de lo más variopinta, acompañada de fondo por una música tranquila y relajada interrumpida en ocasiones de la misma forma que se hace con la vida real de las personas que viven en estos países, a base de bombas.
Nota FilmAffinity: 7
(http://www.filmaffinity.com/es/user/rating/199169/850852.html)