Todo buen español está expuesto a constantes peligros en la vida diaria, provocados por fuerzas envidiosas de la galaxia (véase los guiñoles franceses), pero es sin duda durante los viajes al extranjero, o a veces incluso en nuestro propio país, dónde estos ataques se intensifican.
Si hay un término que los españoles nos hemos aprendido bien en los últimos años, es ‘lowcost’, o sea barato-casi gratis, tu pregunta a alguien si se sabe el nombre de los reyes católicos y seguro que no, pero Ryanair, Vueling o Easyjet se lo saben de memoria. ¿Y todo por qué? Muy fácil, porque incorporan en sus anuncios la palabra GRATIS, y eso en un español…..despierta todo el interés interior, del presente y del futuro, es como un imán gigantesco que nos hace abalanzarnos sobre ello, aunque luego sea mentira, pero probar probamos. Claro, ¿quién se va a montar en un Iberia o Spanair teniendo el lowcost? Pues sí, a los que les tocan en los concursos o al darte de alta en el ADSL.
Una vez que tenemos los billetes, impreso a blanco y negro por supuesto porque en color es caro, nos dirigimos al segundo término más conocido en el alfabeto coloquial español es ‘Tarifa Estrella’ o en su defecto ‘Tarifa Web’, es decir, el descuento que te hacen en RENFE por comprar los billetes en internet y con adelanto. Además siempre intentamos probar por si acaso también te descuentan por el carnet joven, familia numerosa, tener coche, vivir en Cuenca o cualquier cosa que se nos ocurra.
Bueno, ya tenemos los billetes y hemos llegado al aeropuerto, siempre por supuesto mal diciéndonos por el camino por haber tenido que pagar 1€ más por el metro por el trayecto hasta allí. En el aeropuerto los atracos indiscriminados son ya una cosa…..seria. Las coca-colas pueden costar 4€ sin problemas, la hamburguesa de la cafetería que lleva 8 meses en la estantería y que parece hormigón armado 11€ y ya no te digo un vaso de zumo o un croissant….
Empieza la parte que más nos gusta a todos, ponernos en la cola de facturación. Creo que no hace falta hacer mención a que todos nos pasamos del equipaje de mano, pero no en 1 kg, puede ser en 7kg perfectamente, ya que siempre quedará el recurso de “bueno pues si me dicen que pague, abro la maleta y me pongo todo la ropa que haga falta hasta que baje”, vamos a ver esto está bien pero el problema no es la ropa, son la barra de lomo, el queso y las botellas de Arehucas y DYC. Aún así, algunos después de facturar parecen astronautas. Por cierto, la barra de lomo es un elemento indispensable en la maleta de un buen español, pero hay otro más que comentaremos más adelante.
Pasamos el control de seguridad dónde unos “amables” policías, guardias civiles o soldados americanos directamente llegados del Vietnam, nos registran y hacen descalzarnos, comentando la frase que repiten al despertar “Por favor, si llevan ordenadores en sus maletas deben sacarlos y ponerlos en otra bandeja”, cosa que la mayor parte de la gente omite.
Una vez apunto de subir al avión, empieza la pelea para ponerse el primero en la final, teniendo en cuenta que lo más probable es que si vas con Ryanair o similares salga con retraso o te cambien la puerta de embarque, el orden de la fila es meramente aleatorio, eso sí, cuando empiezan a subir los del PriorityBoarding siempre se escucha un pequeño murmullo de incompresión.
Da absolutamente igual que el avión tuviese una puerta de embarque por fila de asiento que todos entraríamos por la primera, es increíble, “por favor, ocupen primero los asientos del fondo”…..ni caso, “pongas sus pertenencias en el compartimiento superior o si no hubiese espacio debajo del asiento delantero”….menos.
Ya estás en el avión, por fin, que odisea, eres perfectamente consciente de que te van a asar de calor hasta que despegue el avión y una vez en marcha morirás de frío, lo cual te irrita. Pero te irrita aún más ver los precios de la carta del avión.
Aburrido te pones a mirar la lista de objetos prohibidos que no te leíste con el billete. Resulta curioso ver objetos como las ballestas, hachas, bombas de fabricación casera, lanzallamas….claro, obviamente dices ¿alguien se habrá intentado subir al avión con algo de esto?…esbozas una sonrisa….yo tengo un cuchillo en la maleta….pardillos : ). También miras el dibujo de la mujer saltando por el tobogán elástico para los caso de incendios o aterrizajes en el agua, y te llama la atención el porque se cruza las manos en el dibujo….piensas que será para que no se le levante la falda….
Empieza el show de las azafatas con las instrucciones de seguridad, que nadie hace ni caso, y que solo sirven para enmascarar un nuevo retraso. Es curioso, con BlueAir el avión arranca mientras ellos siguen explicando…y suenan tornillos…
Queda lo mejor, el aplauso final al aterrizar, cosa que no entiendo, a mí no me aplauden cuando llego a la oficina….no sé. El proceso de llegada es inverso al de salida pero con todos los detalles iguales.
Por cierto, el otro elemento indispensable del equipaje de un buen español es el CD del Arrebato, por supuesto, para que sepan de dónde venimos, y si alquilamos un coche…mejor
muy bueno!!!!!!!! grande!!!
Cuando has mencionado la barra de lomo… Era previsible que el cd del Arrebato tenía que salir a relucir en el post, jajaja.
Un abrazo, Lazarillo de Tormes!